Hace ya más de un siglo que existen los Talleres Adame. El comienzo de su andadura tuvo lugar en el año 1900, y su fundador fué Francisco Adame García, un cordobés nacido en el pueblo de Fuente Palmera, allá por 1878.Francisco Adame García, que vive sus primeros años en su pueblo natal, en Córdoba, se traslada a Sevilla con 22 años y para sacar algún dinero monta un guarnecedor de coches de caballo.

Dicho guarnecedor fue construido en el interior del Garaje Pazos, en la famosa calle de la capital andaluza Menéndez y Pelayo.
Al ver Francisco que el negocio marchaba bastante bien, en la década de los veinte convierte el guarnecedor de caballos en guarnecedor de automóviles, aunque seguirá estando ubicado en el mismo lugar.

En 1933 muere Francisco y se hace cargo del guarnecedor su hijo Miguel Adame Ortíz, que trabajaba con su padre desde los 4 años. En ese momento Miguel tiene 25.

Pero en 1936 estalla la guerra y Miguel es llamado a filas. Permanece en el frente los 3 años que dura la contienda y al finalizar esta, en 1939, no le es permitido volver a Sevilla y es destinado en el parque de automovilismo de Cádiz hasta 1942, donde se curte y adquiere experiencia.

En 1942 Miguel vuelve a Sevilla y se establece en la calle Luis Montoto número 41, donde por primera vez empieza a trabajar la chapa, la pintura y la fabricación de carrocerías. El Guarnecedor Adame se convierte ya en Talleres Adame.

Trece años después, en 1955, se traslada muy cerca, al Garaje Clea, en la calle Benito Mas y Prat. Allí las cosas le marchan bastante bien a Miguel, con el que ya trabajan sus dos hijos, Ánguel y Miguel siendo el negocio cada vez más próspero. Por esas fechas se fundó la empresa Syrsa, en la Carretera de Su Einencia, y los Talleres Adame reciben el encargo de las reparaciones de chapa y pintura de dicha empresa. En esta época de prosperidad y crecimiento, los Talleres Adame también se dedican a la construcción de quioscos de chapa, furgones fúnebres, ambulancias y todo tipo de carrocerías, tanto metálicas como de madera.

En 1963, con la venta de los terrenos de Benito Mas y Prat, los Talleres Adame se trasladan al lugar en que se encuentran actualmente, la calle Fernando Tirado 3, esquina con San Ignacio 1.

Miguel Adame Ortíz muere en 1992, y se hacen cargo del taller sus dos hijos, Ángel y Miguel, que han permanecido justos al frente del negocio hasta el año 2001, fecha en la que se jubila Ángel y se queda como único y actual propietario Miguel Adame Jáimez. A día de hoy, ya es un integrante más de la plantilla y futuro propietario el hijo menor de Miguel, Germán Adame Estévez.